Como siempre se trataba de entrar con la noche, antes de comenzará el alba (ni siquiera la luz del día) y salir por la tarde, cuando el pollo había comido y los padres no estaban por los alrededores. Así, me aseguraba de que quedara comido y con calor hasta que llegaran los adultos.
La primera serie de fotos se tomó cuando el pollo tenía un día de vida y apenas se reconoce, asomando en el lado derecho del nido, donde se puede observar un poco de la cabeza y los ojos. La segunda serie corresponde a cuando el animal tenía una semana de vida y ya se le nota más grande, aunque aún es incapaz de colocarse de pie y continua con el plumón inicial, con la marca blanca en la nuca.
En la tercera serie el pollo es capaz de levantarse durante breve tiempo sobre sus patas y empieza a hacer intentos de despiezar las presas que los adultos le aportan. En nuestro caso, un ratón, un ave (posiblemente un juvenil de mirlo) y lagartos.Ya se puede apreciar claramente los cañones de las futuras plumas.
De las miles de fotos que hice les muestro una selección. Excepto las dos primeras horas del día las condiciones de luz eran muy complicadas, lo que unido a que han sido tomadas con una longitud focal efectiva de 2.000 mm (el nido estaba a 50 m de distancia, en un acantilado), la calidad de las fotos no son todo lo buena que a mi me hubiese gustado obtener.
Con un día de vida
Con una semana de vida
Con dos semanas de vida
Buen detalle y buenas fotos.
ResponderEliminarSaludos