jueves, 25 de diciembre de 2014

Águila pescadora

De las especies de rapaces que viven en Canarias, tal vez la más singular sea el águila pescadora. A su considerable envergadura, sus tonos contrastados y su parsimonioso volar se une el hecho de alimentarse de peces vivos que captura en espectaculares picados. No es infrecuente, sobretodo en ejemplares jóvenes, ver los apuros que pasan para salir del agua en algún lance desafortunado de pesca. Incluso en agua tranquilas como las de La Charca de Maspalomas (una albufera al sur de Gran Canaria), hemos tenido la oportunidad de fotografiarlos en estos difíciles momentos, donde literalmente tienen el agua al cuello.
Las fotos que abajo comparto con ustedes fueron tomadas en la costa norte de la isla. Durante los últimos dos meses hemos prospectado diversas playas, calas y zonas acantiladas, pero sólo en algunas visitas hemos podido fotografiarla. Y sólo durante unos pocos minutos. En concreto hemos visto dos ejemplares. La ventaja que tiene estos lugares es que suelen desplazarse costeando y así la distancia al fotógrafo es menor (relativamente).
La especie crió en Gran Canaria hasta hace unas décadas (como en Fuerteventura), pero desde entonces no se han detectado nidos ocupado, si bien es cierto que en lo que va de siglo cada vez se ven ejemplares con más frecuencia y no perdemos la esperanza de que la especie recupere su calidad de nidificante en Gran Canaria.
Finalmente, quería hacer una observación acerca de su nombre local, donde se le denomina guincho. Pensaba que era un lusitanismo, pero no, resulta que en Portugal se denomina como aguia-pesqueira. Según Agustín Pallares, el origen podría derivarse del término portugués guincho, que significa grito agudo, aullido, gañido, debió a la voz de estas aves, especialmente cuando se hallan en sus escarceos amorosos.
Como siempre, pinchado sobre la imagen podrás verla a mayor tamaño.









lunes, 15 de diciembre de 2014

En el jardín

Que los espacios urbanos se están expandiendo no es ningún secreto, es por ello que las aves y los animales en general, van buscando nuevos hábitats y lo más parecido que encuentran a su nicho de procedencia son los jardines. Cuando estos son de cierta extensión y diversidad de especies vegetales, el número de aves puede ser considerable. Esto brinda al observador y al fotógrafo de aves numerosas posibilidades.
En nuestro caso, acudimos por la presencia de un juvenil de martinete, una especie que cría en Gran Canaria desde hace muy pocos años. Después surgieron diversas escenas. Aquí les muestro las referentes a dos especies que recientemente comparten el honor de haber sido reubicadas taxonómicamente: el herrerillo (Cyanistes teneriffae teneriffae) y el mosquitero canario (Phylloscopus canariensis).