lunes, 23 de julio de 2018

La joya azul

El pinzón azul de Gran Canaria tiene varias particularidades. La primera y más obvia es que pocas especies de aves tienen su color azul. La segunda es que resulta ser una de las aves más escasas del Planeta, con apenas 400 parejas reproductoras (*). La tercera, estamos ante una especie endémica de la isla de Gran Canaria. La cuarta, es que a pesar de ser un vertebrado muy estudiado, no alcanzó su estatus como especie propia hasta hace apenas dos años. Y finalmente, la quinta, es que estamos ante una especie muy acomodaticia a la presencia humana pero, en mi opinión, las poblaciones que no comparten hábitat con los humanos son relativamente recelosas.

Su hábitat potencial son los pinares de la isla, especialmente aquellas formaciones maduras que tienen un sotobosque rico en especies vegetales, lo cual le proporciona recursos alimentarios durante todo el año pero especialmente durante la época de cría.

Las fotos que les presento fueron tomadas en apoyo al proyecto Life que actualmente lidera el Cabildo de Gran Canaria con la colaboración de la Unión Europea y diversos socios. Fueron dos días y medio de plena dedicación, con nueve horas diarias de espera repartida en una sesión matutina y otra vespertina. Al final una 25 horas de "espera".

Con esta aportación mejoramos las tomas de entradas anteriores. Por ejemplo, los ejemplares tienen en mejor estado los plumajes y no tinen las coloridas anillas con las cuales los científicos los identifican para hacer su seguimiento.

(*) FE DE ERRATAS: Me dicen los responsebles del proyecto de recuperación que los últimos censos han revelado 317 ejemplares, no 400 parejas.









viernes, 13 de julio de 2018

Pico de coral

El pico de coral o estrilda común (Estrilda astrild) es una especie del África Subsahariana de apenas 12 cm de longitud que desde ya varios años ha invadido las islas Canarias. Con toda probabilidad los ejemplares que ahoran vemos son descendientes de escapes de animales mantenidos en cautividad para ornato. Ahora invaden parques y jardines y compiten por el alimento (granos) con muchas especies nativas, además de actuar como dispersor de semillas pertenecientes a especies exóticas. Todo se une.

No cabe duda de que sus brillantes colores lo hacen un animal muy llamativo (de ahí su uso) y que sus alegres bandadas ponen una nota de alegría en los entornos urbanos, pero no es menos cierto que a la larga su carácter de especie invasora nos acabará pasando factura.

Durante la sesión fotográfica pude observar con que mimo y cuidado estos ejemplares se acicalaban unos a otros. Estaban refugiados entre la vegetación y se sentían muy confiados y seguros, a pesar de la mirada indiscreta del fotógrafo y algún que otro disparo de flash para rellenar con luz ciertas sombras indeseables.