jueves, 26 de marzo de 2020

Un viaje abortado

Desde hace varios años tengo pendiente fotografiar al reyezuelo de Tenerife, antes llamado sencillo. Este pájaro está considerado como el más pequeño de Europa y tiene unos movimientos muy rápidos y apenas se detiene un momento. Para mayor dificultad fotográfica, suele merodear por los arbustos de densas ramas.

Gracias a un par de compañeros de lides fotográficas, tuve noticias de una localización con posibilidades y allá que tiramos mi esposa y yo para Tenerife, más concretamente al monte de La Esperanza. El plan era estar a las siete de la mañana en el lugar (aún con oscuridad), y esperar durante tres horitas a que el animal viniera a bañarse.

Todos los pronósticos se cumplieron y, por supuesto, se puso en el lugar más difícil para fotografiarlo. Me quedé alucinado cuando vi que, como un escalador, se descolgó por unas acículas de pino (que se puede ver la segunda de las fotos) y así procedió a bañarse. Apenas unos segundos.

Para las fotos disparé un flash compensado a -2 EV para sólo recuperar los colores. La escasa luz y la baja velocidad de obturación, provocó que salieran imágenes fantasmas en tres de las cinco fotos. Pero nos conformamos y ya verlo era una fortuna. La idea era volver al día siguiente y con los aprendizajes de ese día, mejorar las imágenes.

Pero no hubo siguiente día. Esa misma noche fue declarado el estado de alerta y tuvimos que regresar en el primer barco a Gran Canaria. Nos queda la fortuna de haber visto a esta especie, de disfrutar de un día de campo y la esperanza de volver a mi amada Tenerife. Mientras, disfruten de algunas de las fotos que hice ese día.

Reyezuelo de Tenerife

Reyezuelo de Tenerife

Pinzón azul de Tenerife


Pinzón común

Hábitat de las especies mostradas (pinar canario)

Canario silvestre

Mosquitero

Lagarto de Tenerife

Primer plano de lagarto de Tenerife



domingo, 1 de marzo de 2020

Colonizaciones biológicas

Es curioso como la mente humana responde de manera diferente ante el mismo estímulo. Mientras que la llegada de especies exóticas por medios naturales emociona a los coleccionistas de "rarezas"; a otros nos hace pensar sobre los mecanismos con que se han poblado las islas Canarias y, por ende, muchas islas oceánicas.

Hace apenas un par de semanas estuvimos sometidos a fuertes vientos porcedentes del desierto, esto no sólo arrastró una calima dificilmente igualable sino que, además, trajo a una docena de especies foráneas, propias de nuestro vecino continental. Además, de algunas especies vinieron contingentes suficientemente importantes como para asentarse y criar en las Islas.

Lamentablemente no siempre encuentran un hábitat natural propicio para ello, aunque en el pasado lo fuera. Un ejemplo de ello son las fotos que les presento, tomadas en medio de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y que, muy probablemente proliferarían si se mantuvieran los extensos arenales que antes la cubrían.

En primer lugar les presento a la carraca abisinia, de hermoso color aguamarina. Después le muestro un caso totalmente opuesto, se trata de la collalba desértica, con un plumaje críptico con las superficies arenosas y los terrenos claros de caliche.