Con sus 37 cm de longitud es mucho más grande que una paloma doméstica y presenta hermosos azules y verdes tornasolados en su cuello; el pecho de color vino aunque el carácter más fácil para distinguirla en vuelo es su banda clara subterminal en la cola, a diferencia de la paloma rabiche que la tiene terminal.
Como era una especie que faltaba en mi archivo, monté un viaje de tres días a Tenerife y gracias a la colaboración de algunos amigos ornitólogos de la isla pude localizar un bebedero en el monte de La Esperanza y allí estuve apostado durante 30 horas en un hide (escondite) de un metro cuadrado.
La experiencia fue algo dura, dado que estaba sentado desde antes de la salida del sol hasta su puesta y, encima, me coincidió con días de calima, por lo cual la luz era poca y de mala calidad. Esto me obligó a tirar de todos los recursos posibles y estos son los resultados que obtuve: con ser mejorables creo que son satisfactorios.
Ni que decir tiene que las fotos son a formato completo y que han sido obtenidas con el correspondiente permiso administrativo.
Buen trabajo y magnífica ave, felicidades!!
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