domingo, 10 de julio de 2016

Una de cernícalos

Cuando llega el estío los prados comienzan a secarse y los saltamontes (llamados cigarrones en esta tierra), proliferan en gran medida. Es entonces cuando se convierten en un recurso trófico de primera magnitud para los cernícalos comunes (Falco tinnunculus canariensis). A veces se llegan a reunir una veintena de ejemplares en los sitios propicios y, tanto al vuelo como desde el suelo, las capturas son constantes.

En una de estas situaciones me vi después de una sesión fallida con otra especie, así que aproveché la oportunidad y aunque la luz era dura, la reflexión que el pasto amarillo claro producía ayudaba a rellenar las sombras que los animales producían. Todo fue cuestión reequilibrar el color para quitar esa dominante.

Al final fue una sesión muy entretenida, con más de mil fotos tiradas y con muchas fallidas, como suele ocurrir con los vuelos, máxime cuando estamos ante un animal con un vuelo tan acrobático como el cernícalo.











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