No cabe duda que una de las características más relevantes de las aves es su capacidad de volar. Otros grupos como los insectos o los murciélagos también la poseen, pero ninguno de manera tan consumada y generalizada como en las aves. Ya en este blog he compartido algunas entradas de vuelos, principalmente de rapaces, pero también quería intentarlo con los fringílidos.
Para ello llevaba dos años buscando una barrera infrarroja que permitiera captar las rápidas evoluciones de estas especies. Tenía elegida un dispositivo norteamericano hasta que José Benito Ruiz me habló del modelo Joker de la casa alemana Eltima. Además de su rápida respuesta y su portabilidad tenía la posibilidad de trabajar hasta con tres haces (simples, cruzados, en cortina, etc) y una duración de la batería inigualable; su inconveniente era el de siempre: algo más cara, pero se por experiencia que estas cosas se acaban olvidando, especialmente si le damos bastante uso. Ah...¡¡ también tiene la posibilidad de disparar hasta cuatro dispositivos simultáneamente, por ejemplo cámaras.
Adquirido el equipo gracias a las gestiones de mi amigo Ramón Gallo, seleccionado un par de flases de mi "colección" (dos SB-800), los cable y el resto del aparataje me puse manos a la obra.
La verdad es que mi experiencia ha sido un poco frustante. Lograr que el animal se acerque a un punto por el camino que quieres, no es fácil, máxime cuando se reduce a los pocos centímetros que nos permite la profundidad de campo. Tampoco resulta fácil prescindir de la luz ambiente para que los flases sean los únicos que iluminen la escena, y así evitar las imágenes fantasmas. Aunque utilicé un cuerpo de cámara profesional (una Nikon D3) el retardo desde que se interrumpe la barrera gasta que se dispara la cámara son unos veintitantos milisegundos, pero en ese tiempo el pájaro puede recorrer hasta 50 cm, de manera que nunca se sabe donde encuadrar. Total, que tras una media docena de sesiones apenas he podido obtener estas imágenes, que dicho sea de paso, espero en un futuro mejorar.
Las fotos están puestas en orden inverso a su obtención, para que vean como poco a poco (muy poco a poco), se va mejorando la cosa, sobretodo con los fondos.
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