Decía Napoleón que con orden y constancia se encuentra el secreto de hacer las cosas, y hacerlas bien. Esto es especialmente cierto en la Naturaleza. Así que pasando del dicho al hecho, he visitado dos veces más la localización de los ratoneros despúes de mi última entrega al blog. La última, realizada ayer, tenía como misión hacer fotos con luz suave y fondos oscuros, con nubes bastante negras. Las previsiones no apuntaban lluvia, pero según llegué, el viento soplaba fuerte, una fina llovizna (de las que no mojan pero empapan) caía persistentemente y el termómetro marcaba 8 ºC. A pesar de todo, me mantuve en mis trece y, protegiendo el equipo, aguanté durante una hora. Los ratoneros eran más listos que yo y se mantenían refugiados, al "soco", así acabé volviendo de vacío.
Mi penúltima sesión fue más fructífera. Utilizando la misma ubicación que la anterior, pero con mejores condiciones de luz y de cielo (esta vez no había calima) y una temperatura más próxima a los requerimientos del "aguililla" (ni tanto calor como el primer día, ni tanto frío como el último), pude hacer una larga serie de fotos de las que he seleccionado las que a continuación comparto con ustedes.
En cuanto a los aspectos de técnica fotográfica, decir que todas las fotos tienen un ligero recorte (entorno al 10%), para mejorar la composición. Fueron obtenidas con un teleobjetivo de 600 mm más un multiplicador de focal x1,4 (850 mm), montado sobre una cámara de formato completo disparando a 11 fotos por segundo.
Magníficas, la constancia va dando sus frutos ¿eh?. Destacaría la primera por el ángulo y la tercera de la serie por lo acrobático de la postura de la aguililla. Veremos que pueden dar de sí próximas sesioneS. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Francisco. Efectivamente, va dando sus frutos. Lo bueno del asunto es que todavía podemos mejorar e innovar mucho. Nos vemos en el campo.
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