lunes, 2 de abril de 2018

Anátidas

Hacía once años que no fotografiaba al ánade rabudo, así que cuando el pasado mes de febrero tuve la oportunidad no lo pensé dos veces. De paso, aproveché para fotografiar el tarro canelo y al ánade real. Las tres especies convivían en perfecta armonía y, aunque la banda oriental de Gran Canaria no se prodiga en ejemplares de estas palmípedas (a diferencia de las grandes masas de aguas continentales de España), al menos habían tres especies juntas.

Tanto el tarro canelo como el ánade rabudo se mostraban bastante recelosas, así que tuve que fotografiarlas con todos los milímetros que poseía (900). Esto era especialmente difícil cuando levantaban el vuelo, porque simplemente encuadrarlo ya era una hazaña.

Al final creo que no quedó mal del todo y, especialmente, fueron un par de sesiones donde la desconexión con la cotidianidad fue total. Los que hacen fotografías de este tipo saben de lo que hablo.

Ánade rabudo

Ánade rabudo
Ánade rabudo  

Ánade rabudo




Ánade rabudo

Ánade real
Ánade real
Ánade real



Ánade real

Ánade real
Tarro canelo

Tarros canelos




No hay comentarios:

Publicar un comentario