Durante el mes de diciembre tuvimos la oportunidad de hacer varios cientos de fotos (obviamente con los correspondientes permisos del Cabildo y el Gobierno Autónomo). Aquí les ponemos una pequeña muestra que espero les guste de este bello y útil animal, dado que se encarga de mantener limpio de cadáveres los campos isleños.
Finalmente, una cosa que siempre ha despertado mi curiosidad y es que si damos por sentado que los grandes mamíferos como cabras y camellos (e incluso los conejos y ratas), vinieron con la población humana y que para que se genere una subespecie se requieren muchos miles de años de aislamiento genético ¿de qué se alimentaba un necrófago tan grande como este? ¿de lagartos? ¿de aves marinas coloniales? Una pequeña prueba de lo mucho que aún queda por saber de la Naturaleza canaria...
(*) Mi amigo Felipe Siverio me hace notar que la subespecie es majorensis y no fuerteventurae, como erróneamente puse en la versión inicial de esta entrada. Gracias Felipe.
Ejemplar juvenil
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