La Reserva Natural Especial de las Dunas de Maspalomas (Gran Canaria), ha soportado durante más de 50 años una enorme presión humana. Todos los meses del año. Es esperanzador que en apenas siete semanas podamos ver como el paisaje se recupera y que las ondulaciones de la arena trace hermosos dibujos y que los residuos apenas se manifiesten y que la dinámica dunar no tenga interferencias. Yo lo tomo como un regalo que me hace la Naturaleza. Un regalo de despedida de mi vida laboral que nunca pensé que recibiría. Es una puerta a la esperanza para apostar porque los sueños se pueden hacer realidad si trabajamos por conseguirlos. Aunque sea a costa, lamentablemente, del confinamiento.
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