Durante el mes de julio aproveché un día (muy temprano), para hacer algunas prácticas de paisaje. Y aquí tienen algunos de los resultados. Espero que los disfruten y sea augurio un desconfinamiento próximo, pero que también sea de una manera nueva, más respetuosa, de relacionarnos con la Naturaleza.
La máxima es muy sencilla: la Tierra NO es nuestra; nosotros pertenecemos a la Tierra. Si lo piensan son dos planteamientos muy distintos y con unas consecuencias muy diferentes. Pero esto, amigos, no es posible materializarlo si nuestros hábitos no cambian para mejor. Todos saldremos beneficiados, porque lo que le hagamos a la Tierra, ella nos lo devuelve. Como las olas de esta hermosa playita.