Su larva es de color verde con sendas banda amarillas a lo largo de sus flancos orladas con puntos azul marino. Sólo la hemos encontrado sobre la planta de "flor de gofio" (Cassia didymobotrya) y llega a alcanzar los 4,5 cm de longitud.
A la hora de transformarse en crisálida la oruga teje un cinturón sedoso con el que se ata a un ramita y allí ocurre la "magia", ese fenómeno realmente radical de producir un adulto.
Los machos son blanco verdosos con un reborde oscuro en las alas, mientras que las hembras son amarillas. En Canarias su envergadura gira entorno a los 6,4 cm.
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