domingo, 14 de junio de 2015

Cría de ánade real en Gran Canaria

El ánade real (Anas platyrhynchos) es un pato relativamente frecuente en muchas masas de aguas de la Europa continental, incluso en estanques de parques y jardines, donde crían; sin embargo, no tengo noticias de que esté citada la reproducción de esta especie para las islas Canarias, aunque casi seguro que lo han hecho.

Durante varias semanas he tenido la oportunidad de seguir a varias parejas que criaban en una masa de agua artificial en Telde. La primera cría se dio en marzo y la última en mayo. La verdad es que era hermoso ver como el agua se cubría de patitos  mientras los adultos los custodiaban de la atenta mirada de las gaviotas, que regularmente predan sobre ellos.

Para la realización de las fotos teníamos como punto favorable la biofilia que las personas sienten ante estas criaturitas; como inconveniente estaba la orografía del terreno, que nos obligaba a un cierto picado. También nos tocaron unos días de viento, que impedían que la superficie del agua estuviera satinada, como nos hubiese gustado para acentuar los reflejos y transmitir calma y sosiego. Para obviar la primera de las limitaciones,  tratamos de solucionarlo mediante un vadeador que nos permitiera meternos parcialmente en el agua, pero estaba picado y acabé empapado desde principio a fin de las tres horas que duró la sesión. Son esas cosas que recuerdas con una sonrisa, pero que no te hace mucha gracia cuando estas en el momento.


En esta primera entrega compartimos algunas fotos del macho (más colorido) y la hembra (de tonos marrones), cuando muestran sus mejores galas durante el periodo reproductor. En la próxima compartiremos las fotos de la cría propiamente dicha.



















sábado, 16 de mayo de 2015

Charcas artificiales

A menudo, los amantes de la Naturaleza, los fotógrafos y los profesionales que nos dedicamos a su estudio y gestión solemos preferir entornos hermosos, paradisiacos, pero no siempre las especies animales requieren de condiciones tan estrictas de vida. Es frecuente observar aves en entornos humanizados, incluso especies amenazadas o poco frecuentes. Esto brinda una oportunidad a muchas personas para que sin muchos desplazamientos puedan hacer unas magníficas imágenes. Y no sólo es comodidad. Hasta ahora se ha aplicado el concepto de kilómetro cero a alimentos y productos elaborados, pero poco a sectores como la fotografía de la Naturaleza. Algunas de sus ventajas son: ahorro de tiempo, de combustible, de riesgos de accidentes, repetibilidad hasta conseguir escenas, comportamientos o luces adecuadas, mejor conocimiento de la fauna… Decía la editora de una importante revista norteamericana de Naturaleza que la inmensa mayoría de las buenas fotos que seleccionaba para su revista, estaban obtenidas en los cinco primeros kilómetros desde la residencia del fotógrafo. La razón era la posibilidad de volver una vez y otra hasta obtener una imagen excepcional. En este sentido, las charcas artificiales brindan, como punto de concentración de vida que son, unas magníficas oportunidades con especies muy variadas. Una brevísima muestra se expone abajo, pero también se podrían poner especies de plantas (especialmente hidrofíticas), insectos (como libélulas) y otros vertebrados (como anfibios).







Andarríos chico (Actitis hypoleucus

Andarríos chico (Actitis hypoleucus)
 
Andarríos chico (Actitis hypoleucus

Gallineta común (Gallinula chloropus)

Gallineta común (Gallinula chloropus)
Tarro canelo (Tadorna ferruginea)


Zarapito real (Numenius arquata)

Ánade real (Anas platyrhynchos)

Garceta común (Egretta garzetta)

Cernícalo (Falco tinnunculus)

domingo, 19 de abril de 2015

Otra tarde en La Charca

Es bien conocido la paciencia que tienen que poseer los fotógrafos de fauna, pero es menos popular el concepto de constancia. Constancia para volver una vez y otra a un lugar con posibilidades. De una parte porque las escenas que se presentan serán más variadas cuanto más tiempo se pase en el escenario, de otra porque la composición de especies suele variar, pero sobretodo, porque la luz va a variar dando unas oportunidades muy relevantes de obtener diferentes iluminaciones. De la conjunción de escenas, especies, fondos, encuadres y luces vamos a tener resultados diferentes. Además, la experiencia aquilatada del lugar nos evitará cometer los mismos fallos y situarnos en los puntos más favorables.
Una de esas situaciones se da en el Paseo de La Charca de Maspalomas, donde la aves acaban acostumbrándose al tránsito de los peatones y se acercan a distancias increíbles, por otra parte la luz de la tarde es simplemente espectacular en calidad. La colindancia con un suelo urbano facilita la logística para acceder, de manera que es punto muy recomendable para la fotografía de aves. Un inconveniente es que el fotógrafo está dos metros por encima del animal. Esto se puede aminorar utilizando focales largas, de manera que al aumentar la distancia al animal se disminuye el ángulo del picado.
Abajo les presento algunas imágenes complementarias a las obtenidas en mi anterior sesión en La Charca, de manera que puede apreciarse diferentes poses de los animales, fondos e, incluso, la ausencia de viento ese día como mejora los reflejos.