sábado, 20 de junio de 2015

Ánade real en familia

En la anterior entrada le avancé que subiría algunas fotos de la biología reproductiva del ánade real o azulón. Como lo prometido es deuda, aquí están las fotos.
Me han hecho alguna consulta sobre si se trataban de ejemplares silvestres. En mi opinión sí que lo son. Primero porque los animales han nacido de manera natural, no producto de una cría artificial; segundo porque se alimentan por su cuenta ya que nadie les aporta comida y en tercer lugar porque son capaces de desplazarse con total libertad, tal como puede observarse en la última foto de la entrada anterior (macho) o en alguna foto de ésta, donde se puede apreciar que la hembra tiene su plumaje completo y por lo tanto puede volar sin ninguna restricción.

Cópula 

Pelea de dos machos por una hembra
 
Hembra con patitos recién nacidos

Familia de ánade real
Hembra de azulón con patitos

Dos hembras se pelean por una cría
Patito de ánade real

Hermanos
Otro patito de ánade real


Juveniles de ánade real

domingo, 14 de junio de 2015

Cría de ánade real en Gran Canaria

El ánade real (Anas platyrhynchos) es un pato relativamente frecuente en muchas masas de aguas de la Europa continental, incluso en estanques de parques y jardines, donde crían; sin embargo, no tengo noticias de que esté citada la reproducción de esta especie para las islas Canarias, aunque casi seguro que lo han hecho.

Durante varias semanas he tenido la oportunidad de seguir a varias parejas que criaban en una masa de agua artificial en Telde. La primera cría se dio en marzo y la última en mayo. La verdad es que era hermoso ver como el agua se cubría de patitos  mientras los adultos los custodiaban de la atenta mirada de las gaviotas, que regularmente predan sobre ellos.

Para la realización de las fotos teníamos como punto favorable la biofilia que las personas sienten ante estas criaturitas; como inconveniente estaba la orografía del terreno, que nos obligaba a un cierto picado. También nos tocaron unos días de viento, que impedían que la superficie del agua estuviera satinada, como nos hubiese gustado para acentuar los reflejos y transmitir calma y sosiego. Para obviar la primera de las limitaciones,  tratamos de solucionarlo mediante un vadeador que nos permitiera meternos parcialmente en el agua, pero estaba picado y acabé empapado desde principio a fin de las tres horas que duró la sesión. Son esas cosas que recuerdas con una sonrisa, pero que no te hace mucha gracia cuando estas en el momento.


En esta primera entrega compartimos algunas fotos del macho (más colorido) y la hembra (de tonos marrones), cuando muestran sus mejores galas durante el periodo reproductor. En la próxima compartiremos las fotos de la cría propiamente dicha.